¿Piensas en positivo?

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Borja Milans del Bosch | Madrid

Conferenciante, formador y coach
@borjacoach

Por suerte o por desgracia –depende de ti- somos miembros de una sociedad que arrastra un gran lastre: la negatividad y el pesimismo de pensamiento y actitud de forma permanente. Con nuestra negatividad, nos hemos convertido en cómplices-generadores de «lo mal que está la cosa». Nos hemos acostumbrado a escuchar y repetir incansablemente expresiones del tipo «como la cosa no cambie, mal vamos», o «no hago nada hasta que la cosa no cambie». Sin embargo, en vez de preguntarnos ¿cuándo va a cambiar la cosa?, algo que hacemos para echar balones fuera, deberíamos preguntarnos ¿qué es la cosa?

Dinámica CEO

Te propongo un ejercicio que consiste en responder a esta pregunta y dejar de culpar a la economía, el paro, la crisis o la política. Te insto a darle la vuelta a nuestra forma de pensar y nuestra actitud para entrar en pensamiento positivo por la vía de hacernos responsables y contribuir desde nuestra acción individual. ¿Cómo? Bien sencillo. En cada una de las frases-queja anteriores, quita la expresión la cosa y pon tu nombre. Es decir, en vez de decir «¡Qué mal está la cosa! » di «Qué mal está (…tu nombre…)», «Hasta que (…tu nombre…) no cambie, no hago nada»… ¿Qué? ¿A que ahora sí que cambia la cosa? Pregúntate ahora ¿Qué puedo cambiar en mi forma de pensar y en mi forma de hacer para contribuir al cambio que todos deseamos?

A partir de este sencillo primer paso cualquier profesional de cualquier compañía u organización puede promover el positivismo en sí mismo y modificar su muy probable perspectiva negativa del contexto hacia una más positiva y optimista para, después, hacerlo y fomentarlo entre sus colaboradores. Esto no lo digo de forma gratuita, lo afirmo porque un estudio llevado a cabo por Randstad y publicado por Cinco Días pone de manifiesto que el 83% de los trabajadores valora como muy importante el ambiente de trabajo. El estudio también evidencia que un empleado motivado y con actitud positiva rinde un 87% más. Estos dos datos que están directamente relacionados con el pensamiento y la actitud positiva y deberían llevarnos a una reflexión más profunda: la de cuestionarnos qué podemos hacer cada uno de nosotros con nosotros mismos para contribuir a este cambio de pensamiento tan necesario y que tanto deseamos.

Sin embargo, hay algo que me sorprende más todavía. Tras las jornadas de Pensamiento Positivo que ofrezco en abierto pido a los asistentes que respondan en una escala del 1 (nada) al 5 (mucho) a una serie de preguntas. Una de las preguntas que hago es: ¿Crees que los responsables de tu empresa prestan verdadera atención a estos temas? El 90% de las respuestas tienen una puntuación de 1, es decir, nada. En estas respuestas los participantes dan a entender que sus jefes, los que les dirigen o los responsables de los que dependen, dejan de lado el tema de fomentar el pensamiento positivo. También les solicito que puntúen en la misma escala si lo que han escuchado en la jornada es útil y aplicable en su día a día profesional de forma sencilla. La sorpresa es mayor… el 85% de las respuestas se posicionan en el 5, es decir, que les sirven de mucho y piensan que se pueden aplicar las herramientas y los aprendizajes basados en el pensamiento positivo de forma inmediata.

Lo que me llama la atención es la combinación de las dos respuestas: los responsables empresariales dejan de lado un asunto (fomentar el pensamiento positivo) que, de incorporarlo a su cultura corporativa, sería aplicado de forma inmediata por sus empleados en el día a día.

A la conclusión anterior le podríamos añadir una expresión del conocido psicólogo Luis Rojas Marcos en la que afirma que «las personas optimistas son más perseverantes y obtienen mejores resultados». Y a esto, añado yo, ¿les interesa a los directivos y a los profesionales de cualquier organización tener colaboradores y equipos optimistas y perseverantes para alcanzar resultados?